jueves, 1 de diciembre de 2011

Interprétalo como quieras

No hace muchos días hablaba con unos amigos sobre los mareos que provocan algunas series de televisión. Actores que abandonan las series en el momento donde más reconocimiento tienen por parte del público: Carmen Machi en Aida, Blanca Romero en Física o Química o María Adánez en Aquí no hay quien viva. Son algunos ejemplos de una larga lista que mencionaremos para reflexionar sobre el porque de estas decisiones. La verdad es que la televisión es un gran escaparate para la fama en el caso de los actores y siempre te puede abrir la puerta del cine. 

Pero después de asistir contemplar una obra de teatro con mis compañeros, debo decir que tal vez la cima de un actor no es hacer cine e ir a Hollywood, sino ser capaz de interpretar personajes ante un público y sin una manipulación externa que condicione el dramatismo. Inmediatamente me acordé de Anabel Alonso en aquella famosa serie de ya hace una década que se llamaba siete vidas. Aquí, Alonso hacía de una actriz fracasada que salía en la televisión en papeles pésimos, una mascota de un programa para niños o de una empleada del hogar al más puro estilo Juani de Médico de Familia. Pero ella lo que realmente quería era hacer teatro, la cumbre según ella de todo profesional del mundo interpretativo. 


Siempre tendré en la mente cuando veo una obra de teatro esa reflexión de la serie, y en la Sala Inestable del centro de Valencia, lo confirmé. El teatro es un mundo completamente distinto a la televisión, todo está guionizado, pero a diferencia de la cámara, no da oportunidad para el error. Seguro que habéis visto algún recopilatorio de errores en la grabación de una serie, palabras que se olvidan o se traban, risa que se escapa, descoordinaciones de actores, errores que nos hacen reír con ganas, bien, la risa nunca es mala. Pero en los escenarios y en el directo más puro, la risa se debe contener, nunca te puedes quedar en blanco, el texto debe estar memorizado, es la perfección hecha espectáculo. 

La música se debe escuchar en el momento justo que toca, no puede haber errores técnicos en la luz, es necesario que todo salga bien, ¿que digo bien? Debe estar bordado, como si en lugar de una obra de teatro fuera un filme con actores en tres dimensiones. Esta si es la pura realidad, la televisión puede dejarte repetir las escenas en innombrables ocasiones, el teatro no, y si hay algún error, la obra se viene abajo. ¿Encuentras ya la relación de los argumentos con lo que decía Anabel Alonso? 

El teatro es la esencia de la interpretación, y ser capaz de repetir una misma obra durante 50 vueltas y no equivocarte en ningún detalle, es porque eres un actor que nada tiene que envidiar a los que presumen de tener cinco oscars en sus vitrinas. Porque a esos fabulosos y guapos actores se las deberían ver ante un público que los examina con la mirada. Tal vez estos actores que mencionábamos al inicio del artículo tuvieron ofertas para el teatro, lo desconozco, pero si así fuera, lo entendería. Yo si fuera actor preferiría el aplauso de un público encantado que el prime time de máxima audiencia televisiva.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu reflexión sobre el teatro. He de decir que, como sabes, me encanta el cine, pero reconozco que el teatro tiene muchísimo más mérito, al menos en cuanto a actores y todos estos detalles que has nombrado. El cuidado que se ha de tener es infinitamente mayor que el que se debe tener al hacer una película o una serie.
    La verdad es que, además de con el colegio, no he tenido la oportunidad de ver una buena obra representada en un teatro, pero esta noche voy a tenerla, y no una cualquiera. Podré, además, compararla con la película, pues tienen el mismo guión. Entonces te daré mi opinión, pero tengo la sensación de que va a ser una experiencia inolvidable :)

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  2. Hola Karla
    gracias por tu comentario. Para nada quería criticar el cine, se que te encanta, era una forma de hilar para decir todo lo bueno del teatro. Evidentemente el cine también hace falta y tiene muchas cosas buenas, es más rapido y puede llegar a todo el mundo, además meter escenas fictícias, irreales. Solo que el teatro me parece la cumbre de la interpretación para un actor y creo que está bastante desconsiderado. Ojala que te haya encantado la obra que has visto y sea una experiencia inolvidable. :)

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