viernes, 9 de septiembre de 2011

Nacionalismos

Llevaba tiempo queriendo realizar una entrada sobre este tema y me decanto por hacerla hoy a raíz del debate que en Punto Pelota mantuvieron ayer sobre el independentismo catalán. La verdad es que podría hablar mucho de este tema y acabaría contradiciéndome por el desconocimiento que tengo de las diversas culturas. Haré un esfuerzo para ello, explicar mis sentimientos respecto al tema y alguna conclusión. En primer lugar, no me gustaría que Catalunya, Euskadi o Galicia se separaran del estado español, para mi estas comunidades forman parte tan importante de nuestro país que no lo concibo sin ellos. Puede que sea una afirmación un poco conservadora, llamadla así si quereis, pero que sería de España ¿sin Barcelona, sin Santiago de Compostela, sin Bilbao? Me extrañaría mucho además que estas regiones funcionarán sin el resto del territorio.

Entiendo que haya gente que quiera la independencia, durante demasiados años, el franquismo se encargó de destruir las culturas propias de estos lugares y siempre quedará ese rencor hacia el centralismo de la dictadura y la persecución de los nacionalismos. Pero afortunadamente Franco murió hace años, y España debe intentar olvidar todo lo malo que sucedió, aunque es complicado. Lo que me molesta mucho es que aun a día de hoy, el hecho de sestar orgulloso de ser español o llevar una bandera rojigualda sea identificado como un símbolo franquista o derechista. Nos guste o no, es nuestra bandera y España no tiene la culpa de haber vivido una dictadura. Estoy muy orgullos de ser español y lo afirmo, no soy de derechas, todo lo contrario.


Otra cosa que me gustaría destacar gracias a un mensaje de un espectador del debate de ayer, es que el problema no es querer a Catalunya por ejemplo, el problema es odiar a España. Elogio tremendamente que los catalanes estén orgullosos de serlo, de su bandera y su cultura, como en todas las comunidades autónomas, me parece maravilloso que luzcan con orgullo sus banderas. Pero ello no debería suponer criticar a nuestro país, cada uno es libre de pensar lo que quiera, pero respetar el himno y la bandera no está de más. Yo amo mi Valencia, estoy extremadamente orgulloso de ser valenciano, canto el himno regional, parle valencià y lo defenderé hasta las últimas consecuencias. Me encanta mi bandera, aunque en los últimos años he descubierto que es símbolo de los blaveristas, una gente que la que no me identifico un carajo. Es un poco contradictorio que quiera los símbolos valencianos que han impuesto los blaveristas siendo partidario de la ideología contraría.

Un problema muy delicado el del nacionalismo valenciano, confundido amargamente con catalanismos a pesar de que yo sea de los que piensa que el idioma valenciano es en realidad el catalán. Un tema el de los nacionalismos que ha provocado muchos conflictos y que da miedo tocar en la prensa por temor a polémicas y acontecimientos desagradables. Tan solo añadiré en mi conclusión unas cosas, que si Catalunya, Euskadi, Galicia, etc consiguen su independencia, me alegraré por ellos porque así es la democracia y la gente puede decidirlo, pero que tampoco sean injustos y respeten a los que estamos orgullosos de ser españoles. Y también diré que la exaltación de la propia cultura no se demuestra con el desprestigio de las otras, que al fin y al cabo todos somos humanos en el mundo y no hijos de tu propia nación. Finalizo diciendo, viva el mundo, viva España i visca el país valencià.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Septiembre

Ya llegó Septiembre, el último mesecito que tenemos de verano, y me da realmente pena, ha sido un verano magnífico y no me apetece nada volver a la rutina de estudio, trabajos y clases. Aún hace calorcito, pero por la noche hay un frescor especial, ya no hay bochorno y espero que no vuelva hasta el año que viene. Como para todo estudiante, el inicio de curso es el inicio del año y donde debemos hacernos propósitos.

He decidido darle un pequeño giro a mi vida, disfrutar más de las cosas y no tomarme el estudio tan en serio, eso sí, sin descuidarlo. Quiero hacer cosas distintas, quiero viajar, aunque solo sea por los pueblos de los alrededores, amortizar mi bono mensual de metro. Quiero ver imágenes diferentes de las que pasan por delante de mis ojos habitualmente, quiero respirar otros aires, conocer casas nuevas…..tonterías.

Quiero también seguir con mi famoso proyecto fallero, es más costoso de lo que esperaba, pero tengo la sensación de que todo ese esfuerzo vale la pena. También me apetece como nada estrenar mi abono para el Levante, ya falta poco. Septiembre significa volver a clase, pero también ver a muchos amigos, a mis amados compañeros que son lo único que añoro de la Universidad.

Me apetece sentir el frío de la mañana, ese frescor que avisa de que el otoño está cerca y que hace mover los árboles de forma suave. También esas lluvias otoñales, me gusta esa imagen de ver el cielo nublado contrastado con el verde de las plantas y un olor especial. Un día nublado es para mí un día alegre, será porque tengo demasiado visto al Sol y su potente luz.


Aprovecharé al máximo estos pocos días que me faltan de vacaciones, pero no tengo la más mínima intención de renunciar a la alegría. Mi lucha este año será por mantener la alegría, transformar las malas noticias en buenas, ver el vaso medio lleno, sacar la parte positiva y no dejar que nada estropee mi sonrisa. ¿Te parece buen propósito o se te ocurre alguna alternativa?