martes, 26 de julio de 2011

Maldita juventud

Este es un tema del que siempre me ha gustado hablar, aunque no por lo alegre de su contenido, sí para intentar buscar un consenso y gente que pueda estar de acuerdo. Mis experiencias personales me han hecho valorar como están las cosas en la sociedad por lo que respecta al colectivo juvenil, un colectivo del que no se puede ser especialmente optimista.¿Por que quiero hablar de ello?

Hace unos días estuve en Almàssera dónde hacían bous al carrer (no es que me guste, pero a petición de un amigo acudí) y en un Cadafal hubo un momento de tensión. Un niño de apenas 13 años estuvo a punto de llegar a las manos con un señor porqué los dueños del recinto estaban arreglando la escalera plegable que se caía. El niño, acompañado de sus amigos estaban junto en la escalera y al ver que les apartaban para arreglarla, se pudieron chulos y se negaron a apartarse. Sea como fuere, a punto estuvieron de pegarse y lo cierto es que esos niños, todos entre los 12 y 15 años habían estado bebiendo y fumando (no cigarrillos precisamente) en casi toda la noche.

Este es solo uno de tantos ejemplos que podría poner de falta de respeto que tienen los adolescentes actuales. Sin ánimo de caer en el error de generalizar, cada vez son más los chavales que quieren crecer antes de lo previsto. Es muy común ver a un crío de trece años o menos, pedir cigarrillos, probar el alcohol, subirse en una moto, en fin, todas esas cosas que los mayores suelen hacer. Desgraciadamente tienen muchos referentes para hacerlo, probablemente tengan familiares que hagan lo mismo, lo que les crea el gusanillo, luego son los amigos quienes animan a hacer todas esas cosas. Cada uno que haga en su vida lo que quiera, si ellos quieren perjudicarse la salud tan pronto es su problema, pero lo que de verdad me enciende es cuando su chulería afecta a otras personas que no tienen la culpa.


En los institutos públicos, y hablo esta vez de mi experiencia personal, abundan demasiado este tipo de personajes. Esta claro que a estas personas no les pedirás que estudien, están ahí porque la ley les obliga y por eso intentan montar follón en todas las clases. La falta de respeto se demuestra en cosas que a todos nos sonaran: insultar al profesor, ser expulsados, pelarse las clases para quedarse en el patio o en los baños, insultar a los compañeros que no hacen lo mismo que ellos y buscar motes para todo el mundo, pero sobretodo, no estudiar e intentar que los demás tampoco lo hagan. Adolescentes que se creen el universo del mundo, que tienen libertad para hacer lo que quieran y que pueden usar la violencia contra los que quieren ponerles barreras. Piercings, tatuajes, motos, botellón, ligoteo, eso es lo único que les preocupa.

¿De quién es la culpa? Hay tantas cosas que la pueden tener, en ocasiones los padres por conceder siempre los caprichos, las malas influencias que pueden ejercer los amigos, las leyes educativas, muchas circunstancias pero tan solo una realidad. La juventud se está echando a perder, y los valores de respeto también. Los niños no son animales a los que hay que domesticar a base de garrotazos y patadas ni mucho menos, pero tampoco podemos permitir que se crean los dueños del mundo para hacer lo que les venga en gana. Porque esos niños dejaran de serlo alguna vez para ser mayores y entonces vendrá una de las lacras sociales, la delincuencia. Necesitaba hablar sobre esto, espero que nadie pase por lo mismo que yo tuve que pasar por el instituto.

lunes, 18 de julio de 2011

Especial

Anoche, aprovechando que hacia frescor al lado de la ventana, me puse a escuchar música antes de dormir. La tranquilidad que hay al estar a oscuras hace que las letras se escuchen con más atención y dar vía libre a la imaginación para pensar. Con la canción “inmortal” de LOVG me acorde de esas pequeñas cosas que nos hacen sentir especiales.

Como mola perder la noción del tiempo, olvidarse de qué dirán, seguir a los impulsos para hacer esas tonterías, en ocasiones chiquilladas, que nos sacan una sonrisa. Fijarse en cosas que nadie se fijaría, darle importancia a los detalles. Solo o acompañado, a veces mejor solo si no consigues rodearte de personas que puedan entenderte.

Subirse a una farola, mirar por la ventana, jugar con un peluche, tocar esa planta, tirar una piedra, acariciar el agua de un charco… A cada persona le llaman la atención detalles distintos. ¿Quién no tiene una lista de cosas que le llaman la atención? Eso nos distingue unos de otros y nos hace sentir vivos.

También soñamos muchas veces en que se junten una serie de factores que creen un marco idílico. Yo sueño con cantar algún día con mis amigos, mientras cae una sueva lluvia y llegan los aromas de la naturaleza mojada. O estar en una ciudad inmensa al atardecer otoñal frío y sentir lejana a la gente mientras la tengo a mi alrededor. Sueños peliculeros, pero sueño al fin y al cabo.

Se que digo disparates, que no soy muy original, pero me gusta recordarme en ocasiones que debemos tener este tipo de cosas. Seguiré fijándome en los supermercados, en cuanta gente ocupa las terrazas de las cafeterías, en la evolución de las nubes, en el trazado de las fachadas o en los orígenes de mi gente.

viernes, 8 de julio de 2011

Julio

Un mes de sofocones, de palmito, de moscas, de verano en definitiva. Raro será el día que no superemos los 30 grados al sol, pero de todo tiene que haber. No me gusta pasar calor, me pone nervioso y porque no decirlo, de mala ostia, pero este año quiero que sea diferente, tengo muy presente lo de los meses anteriores y no quiero que nada me frustre las vacaciones.

Por otra parte, me siento culpable de no hacer nada mientras veo que a mi alrededor, todos hacen cosas en verano. Muchos amigos están trabajando y sin embargo yo no. No se que pensar, si debería darlo todo por trabajar yo también y no quedarme atrás o seguir en casa disfrutando de la felicidad aún sabiendo que a largo plazo me pueda arrepentir de perder el tiempo.

Bueno, ya veremos lo que hacemos, al menos me quedan los blogs para seguir escribiendo y no perder soltura. También investigo cosas, estoy elaborando un exhaustivo trabajo de búsqueda fallera. ¿Qué es eso? Buscar todas las imágenes de todos los monumentos falleros de Valencia y eso tratándose de 385 comisiones supone material para rellenar todo el verano.

Es mi hobby friki, pero es mi hobby y me encanta, luego intento encontrar donde se planta cada falla. Creo que Julio lo pasaré haciendo esto mientras veo capítulos de mis series favoritas. Aprovecharé la ausencia de fútbol para dedicar el tiempo a este tipo de cosas que durante el año me serian más costosas de llevar adelante. También saldré de casa con los amigos, me daré paseos al sol, lo típico de todos los años.

En lo personal o sentimental, Julio es clave, es el mes elegido para la transición, el que debe marcar el punto y aparte en mi vida. El que debe seleccionar todo lo bueno del antiguo yo, aportarle cosas nuevas y que no recaiga en los errores pasados. Y eso solo se puede lograr a base de autoestima y nuevos retos. Un propósito veraniego es ser más positivo y optimista. No tendré trabajo profesional, pero si en lo personal.