jueves, 6 de octubre de 2011

No usemos vidas para los intereses políticos

El conflicto vasco es un tema espinoso que despierta posiciones radicales. Unos defienden la libertad para pesar ideológicamente como vuiguen, la independencia de Euskalerria o simplemente son nacionalistas. Cada uno tiene unas ideas y las defiende como en cualquier otra comunidad autónoma. Desde el punto de vista exterior al País Vasco, la existencia la banda terrorista ETA hace que muchos tengan escalofríos a la hora de hablar de los vascos. En Bilbao no se va matando la gente por la calle como en plena Guerra Civil, en San Sebastián no se queman autobuses ni lanzan cócteles molotov los edificios todos los días. Así, las etiquetas que desde fuera se ponen con tanta facilidad, debemos quitar para dejar de decir tonterías.

La desaparición de ETA y el abandono de armas es un motivo para que los medios de comunicación despliegan todo tipo de argumentos a favor y en contra de este problema. El PP muestra una línea dura contra todo lo que rodea a ETA, exigen castigos a todos los colaboradores de la banda, pero olvidan sus reivindicaciones que todo el mundo tiene derecho a expresar. La izquierda es más moderada, buscan diálogo, el abandono de armas pero que la izquierda abertzale tenga la oportunidad de ser legalizada y no cuestionada por posibles contactos con la banda terrorista.

Evidentemente y como siempre pasa con los medios convencionales en España, todos se posicionarán a favor de sus intereses políticos y sus ideologías. Los periódicos son reproducciones de lo que dicen los partidos que siguen, incluso trafican con estas cuestiones para desprestigiar a los unos a los otros como en la columna de Libertad Digital escrita por Luis Quintero. Desde mi humilde opinión, cada medio tiene derecho a defender sus ideas con respeto, cada habitante debe mostrar libremente sus ideologías y cada partido político también sin miedo a represiones o etiquetas injustificadas.

El artículo 20.a de la constitución fue de los mejor recibidos, apartado que reconoce el derecho a la expresión de ideas. Pero algo tengo que añadir, nunca es justificable la defensa de ideas si se pierden vidas por el camino, y con ETA se ha perdido muchas. Los culpables deben pagar por lo que han hecho, una asesinato no puede quedar impune al igual que el hombre que mata a su mujer o lo que atropella por exceso de velocidad. Usamos la palabra y olvidamos las bombas, que cada uno pida lo que cree que se merece, pero por favor, no empleamos las vidas para ls intereses políticos.

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