viernes, 4 de enero de 2013

Carreras

Sin ánimo de ponerme en plan Forrest Gump me gustaría explicar que la vida es como una pista de atletismo. Cada uno tiene su carril asignado y decide la velocidad a la que quiere correr. Hace dos días que atravesé la marca de los 22, y como les pasará a muchos imagino, haces retrospectiva de si ese tiempo ha sido aprovechado. No sabría que decir, a veces tengo la sensación de que no.

A mi alrededor, los que estaban por delante sacan distancia, los que partían desde la misma línea se alejan, incluso los que venían por detrás me adelantan. Todos tienen mucha prisa, quieren llegar a la meta cuanto antes, apuran, esprintan, no se detienen ni un momento a respirar. Piensas, ¿y si la marcha que llevan ellos es la adecuada? ¿y si soy muy lento y convendría espabilar?

Desde hace años noto que mi velocidad es mínima, imposible competir con todos los demás. ¿Porque ellos no paran o porque soy más lento? Lo he decidido así, mi carácter no tiene prisa, lo que tenga que venir, ya vendrá y si no viene da igual. Lo importante es no imitar a los que muchos corren, porque si aceleras sin tener el cuerpo echo a esas velocidades, la fatiga y las consecuencias pueden ser mucho peores.

¿Que quiero decir con esto? Las personas son fiesteras, compiten por ver quién tiene una vida más desmadrada, como si tuvieran prisa por vivir todas las emociones cuanto antes. Algunos logran pareja con muy poca edad, necesitan sentirse queridos desde pronto, otros aguardan la oportunidad y no tienen prisa. Algunos reciben el éxito profesional pronto, otros prefieren construir raíces sólidas con exactitud.

Cada uno marca la velocidad de su vida, y como hace poco conté que quería ver este nuevo año con el vaso medio lleno, así lo intentaré hacer. Vamos lentos, pero incluso desde la lentitud, alguno decide reducir sus tiempos para sentarse en pista a charlar, a entenderme, a comprenderme. ¿Y sabéis que es lo mejor de esto? Que esas personas no lo hacen por compasión, sino porque también han decidido pausar su carrera. 


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