miércoles, 18 de abril de 2012

Abril

Hace un mes de todo, de todo lo que me había propuesto para este año y ahora solo queda recoger, recoger la felicidad y amortizarla. Me sirvió para confiar, para que afronte las cosas con ganas, lo añoró y ya cuento los días para repetir. A veces, un acontecimiento es el punto de inflexión que cambiará nuestras vidas, la forma de ver las cosas con optimismo y confianza.

Ya han pasado pascuas, donde mientras unos se estresaban a trabajos, yo he podido respirar. Me amargué Febrero para disfrutar Marzo y Abril, a saber lo que me depara Mayo. Al menos se que no me esperará lo que el año pasado sufrí, uno de los peores meses de mi vida. Desde el 11 de Junio de 2011, el día de mi “liberación”, decidí tomarme la vida con más calma para disfrutar sin renunciar a nada.

Este mes de Abril me gusta, es calmado, vivo emociones que nunca he vivido antes, casi todas en mi amado Ciutat de València, que ya lo he concebido como mi paraiso particular. Ya tengo confianza con las personas de mi alrededor, no soy un extraño en medio de gente que se conoce desde hace mucho tiempo, me siento integrado en esa familia futbolera que componen el Levante UD.

Lástima que solo queden dos ocasiones para volver, un parón en verano y regresaré, porque estoy ahorrando para volver a sacarme el abono. Incluso lamento no haberlo hecho antes, pero nunca he tenido tantos ingresos como ahora. Las clases de repaso con mi vecina Laura  me permiten ese pequeño capricho que tanto disfruto. En definitiva, una calma aparente que espero que nadie sea capaz de torpedear.

martes, 3 de abril de 2012

Intolerancias

Cada vez que veo Punto Pelota me dan muchas ganas de escribir en el blog. Veo tertulianos que generalizan, veo argumentos contrarrestables, veo que tocan temas espinosos y que me encantaría estar allí para dar mis humildes opiniones. El pasado domingo, haciendo Zapping, puse la canal y me detuve para ver sobre que estaban hablando. Bingo, hablaban de política y la intolerancia de los estadios a llevar los colores del equipo rival.

Durante estos días se ha tratado mucho en los medios de comunicación un incidente que tuvo lugar en Pamplona. Unos “aficionados”, por llamarlos de alguna manera, retiraron de malas formas y amenazaron unos asistentes al partido que portaban banderas madridistas, sin meterse con nadie y con el único objetivo de disfrutar del fútbol. Ya se ha hablado mucho al respecto, pero me gustaría dejar clara mi postura ante ese tipo de situaciones.

Como abonado al Levante, cuando la megafonía da la bienvenida a los aficionados del equipo rival, yo aplaudo. Cuando me cruzo con aficionados, sonrío, si es al final del partido, pongo mala cara de resignación si el resultado a sido malo para mi equipo. Ardo en ganas de charlas con ellos de futbol, de recopilar imágenes gratificantes, de cada uno con su color compartiendo sonrisas. Puede que vea la vida con mucho optimismo, pero creo que esa es la salsa del deporte.

La rivalidad no es mala, mientras no pase de las palabras y se mantenga en el respeto hacía lo que hay debajo de los colores y las camisetas o banderas. Pero esto no solo debe ser aplicable al deporte, sino a todos los aspectos de la vida. Cada uno es libre de pensar y amar lo que quiera, no hay que echar en cara el pasado, hay que vivir en el presente y pensar en el futuro. Ni los madridistas son franquistas, ni los barcelonistas son catalanistas ni los osasunistas etarras, habrá de todo, pero si es fútbol, es fútbol.

No me da alegría cuando veo ciertas banderas en las gradas que promueven la politización, para eso están los congresos y las administraciones públicas. Solo me da alegría ver la bandera de los pacifistas, los ultras sin violencia, los que cantan para pasárselo bien. El fútbol es la excusa para divertirse, nunca para intimidar. Para concluir diré que este domingo, yo iré con mi camiseta del Levante, un compañero con la del Atlético de Madrid, estaremos juntos y por supuesto, pasaremos un buen rato.